“Vivan los novios, vivan”, gritaron a la salida del Registro Civil de Olivos. Luego, llegó el turno del arroz. Hubo lágrimas y las manos de todos los presentes arriba, sacudiéndose de un lado al otro y reproduciendo el aplauso en lengua de señas. Ese fue el broche de oro para una ceremonia especial. Sus protagonistas, Milagros María Pepe (33) y Juan Esteban Chavalley (29), son personas sordas y ayer se transformaron en los primeros en contar en su casamiento con un intérprete gratuito, enviado por el INADI.

“Estoy feliz, no puedo creer que por fin llegó el momento. Este es el día más importante de mi vida”, le dijo Esteban a Clarín, por medio de la intérprete que participó de la unión y ayudó a que los enamorados no se perdieran ningún detalle. “El año pasado, una amiga se casó sin intérprete. Tuve que pedirle ayuda a un allegado oyente para entender qué decían. Por eso, pienso que es importante que exista este servicio”, sumó Milagros que, durante su boda, tuvo la posibilidad de interactuar en todo momento con los funcionarios del Registro Civil gracias a la presencia de María Sol Bruno, la experta en Lengua de Señas Argentina (LSA) que estuvo en el evento.

Bruno se emocionó casi a la par de los novios durante la ceremonia en la que se habló de amor, paciencia y tolerancia. Según la mujer que ofició como “traductora” pública, esta incorporación busca garantizar “el derecho a la información y a la comunicación” de todas las personas. Por eso, no solo estará disponible para los casamientos, sino también para que aquellos que sufren hipoacusia y necesiten hacer trámites, como sacar el DNI o un certificado de discapacidad, puedan ir acompañados.

Se empezó a implementar el primero de julio y, si bien hasta ahora se está efectuando solo en la Ciudad de Buenos Aires, el primer pedido de intérprete para boda fue el de Milagros, que llegó desde Olivos, y decidieron hacer la excepción. “Estamos en una etapa de prueba. Pero en el futuro, la idea que tenemos es de extender el servicio a todo el país”, explica Bruno, que forma parte de la Dirección de Promoción y Desarrollo de Prácticas contra la Discriminación del INADI.

Los recién casados se conocen de “toda la vida”. Es que fueron juntos a la Escuela Especial Nº 5163 “Del Horizonte”, en Vicente López. Se vieron por primera vez cuando él tenía 5 y ella 9. Pero la diferencia de edad hizo que “se reencontraran” más de grandes. A los 13 años de él (y 17 de ella), Esteban dice haber sentido el flechazo. “La vi y dije: ´es hermosa´”, cuenta. Pero el tiempo siguió pasando y fue recién a los 27 de él y 31 de ella que, a través de Facebook, concretaron una salida. ¿La tercera es la vencida? “Claro”, asegura muerto de risa. Esa primera cita en la tercera vez que la vida los cruzó tuvo lugar un 21. Y como no se separaron más, los 21 se volvieron una fecha importante. Por eso, también eligieron ese día para cumplir el sueño de convertirse en marido y mujer.

Fuente: Clarín

" });